Como confirmar ascendencia Sefardita
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Olá a todos.
Venho pedir o auxilio de vocês novamente.
Depois de muito tempo e muita pesquisa e obviamente a ajuda de vocês aqui, consegui montar árvore da família do meu parceiro encontrado o ascendente Português e a região de onde vieram.
Até então toda essa pesquisa foi para conhecer as origens da família, que é muito interessante e não tinha motivo de tentar solicitar uma cidadania Portuguesa pois até então ao meu entender seria possível apenas se o ascendente Português ainda fosse vivo.
Conversando com uma colega hoje, me informou que ela e o marido estão com um processo para conseguir a cidadania por ascendência de Portugueses Sefardita.
Minha pergunta então é, como faço para confirmar que o Português era Sefardita? Somente o sobrenome?
Obrigado a todos!
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Como confirmar ascendencia Sefardita
O apelido (sobrenome) e a região de origem podem fundamentar uma suspeita mas mais nada. Se não percebe muito de investigação genealógica, paleografia, ou não tem tempo, contrate um investigador profissional (e tem vários neste forum). Se indicar estes dois dados em publico, aqui, pode obter alguma ajuda voluntária.
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Caro Jorge,
Parte dos processos de nacionalidade portuguesa atribuída a alegados descendentes de sefarditas assenta em informações falsas, quase todas intencionalmente falsas, contando com o apoio, basta saber se intencional ou negligente, das comunidades israelitas do Porto e de Lisboa. Julgo que já estão a decorrer inquéritos, que, provavelmente, não darão em nada, como é prática e costume em Portugal.
Se os seus pais não era sefarditas, se não fala ladino, se não é judeu e se não tem nenhum antepassado documentado como judeu ou cristão-novo, não faz sentido nenhum, do ponto de vista cultural, ético e moral, requerer nacionalidade portuguesa.
O verdadeiro genealogista, se preza a genealogia verdadeira, história e honesta, não contribui para ofender e injuriar a memória dos mortos, que nasceram, viveram e morreram cristãos, dizendo agora que eram sefarditas.
Para os crentes, um dos mandamentos da Lei de Deus (e de Moisés, para os judeus) é honrar pai e mãe. Isso implica honrar os antepassados. Converter cristãos em judeus 400 anos depois da morte dos mesmos é desonrar e ofender os mesmos.
Acresce que não existe, hoje, um único português nativo que não descenda de sefarditas. Isso não faz de nós sefarditas.
Cumprimentos,
Lopo
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Transcrevo aqui um interessante texto (em castelhano) sobre as fraudes genealógicas em Espanha, para obtenção de nacionalidade espanhola com base em alegada ascendência sefardita:
"(...)
Mucho peor resulta, a nuestro parecer, ciertas prácticas empleadas por algunos genealogistas en la elaboración de informes para obtener, con ellos, las nacionalidades española o portuguesa como judíos sefardíes.
El 1 de octubre de 2015 entró en vigor, en España, la ley que permitía acceder a la nacionalidad española como “sefardí originario de España[12]”; poco antes había entrado en vigor una legislación similar en Portugal, que permitía acceder a la nacionalidad portuguesa a los “descendentes judeus sefarditas de origem portuguesa[13]”.
Como por arte de birlibirloque, de repente todo el mundo quería ser judío sefardí o directamente afirmaba serlo. Los salones de algunos elitistas clubs -en los que una persona con apellido judío hubiera sido admitida con muchas reservas-, ahora rebosaban de socios que afirmaban tener ascendencia judía sefardí, posiblemente penitenciada por la Santa Inquisición, aunque no tuvieran la menor idea de cómo, ni por dónde.
Si bien la legislación era clara en su fundamento al estar destinada a “los descendientes de quienes fueron injustamente expulsados a partir de 1492[14]”, la propia ley delegaba la facultad de acreditar la condición de sefardí originario de España en la Federación de Comunidades Judías de España o en otra comunidad judía o autoridad rabínica competente de la zona de residencia del solicitante, que asumieron como sefardí a cualquier descendiente de algún judío en España, expulsado o no, lo que habría el abanico a todos los descendientes de algún converso y, por ende, a millones de personas en todo el mundo que se transformaban en posibles solicitantes de un certificado de esta Federación, comunidad o autoridad rabínica, previo abono -claro está-, de la tasa correspondiente.
La avalancha de solicitudes fue tremenda. Los despachos de abogados comenzaron a requerir la ayuda de genealogistas que pudieran acreditar ante las Comunidades Judías la ascendencia sefardí de algunos personajes históricos y su completa descendencia hasta nuestros días, generando así múltiples posibles clientes que podrían obtener la nacionalidad española o portuguesa y generar una importante cifra de facturación a quienes intervenían en el proceso.
A fin de septiembre de 2021 el Consejo General del Notariado había recibido 153.774 solicitudes[15], de las cuales 70.323 habían sido recibidas en la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, siendo aprobadas hasta entonces 38.155 solicitudes, estando pendientes de resolución 29.122 expedientes.
Analizando los datos estadísticos llama la atención la gran cantidad de solicitudes provenientes de América, que constituyen la gran mayoría de expedientes presentados. Si bien es conocido que existen en el continente americano descendientes de judíos sefardíes expulsados en 1492, que normalmente han seguido a través de los siglos una ruta migratoria Norte de África-Turquía-Centro Europa-Holanda-Curazao-Caribe, asombra comprobar que la cantidad de expedientes provenientes de Venezuela (13.455 solicitudes), Colombia (13.502 solicitudes) y México (22.020 solicitudes) fuera tan elevada. Por el contrario, países dónde se podría presumir que habitan la mayor parte de descendientes de expulsados en 1492, apenas presentaban solicitudes; desde Israel -donde residen la mayoría de las personas que hablan el ladino-, llegaban sólo 3.765 solicitudes, 1.253 desde Turquía y tan sólo 1 desde Holanda, desde dónde se supone que tantos sefardíes pasaron a Curazao.
¿A qué se debe semejante incongruencia? La respuesta es sencilla: la mayoría no son “descendientes de quienes fueron injustamente expulsados a partir de 1492[16]” sino descendientes de conversos -en el mejor de los casos-, de penitenciados por la Inquisición -aunque no fuera por judaizantes-, o con descendencias creadas con forzadas filiaciones realizadas por homonimia e imposibles de comprobar fehacientemente y avaladas por genealogistas algo distraídos en favor de quien abona sus emolumentos.
Para los abogados que tramitaban este tipo de expedientes el asunto estaba claro, mientras el genearca en cuestión estuviera certificado por la Comunidad Judía poco importaba si el personaje hubiera sido certificado en base a datos fehacientes, a filiaciones verídicas o al menos razonables. Lógicamente, cada genearca certificado abría la puerta a una ingente cantidad de posibles clientes. Pero para lograr esa certificación se necesitaba el concurso de personas que pudieran acreditar ante las Comunidades Judías “Estudios genealógicos realizados por expertos o entidades académicas reconocidas y debidamente certificadas con un informe completo[17]” y es aquí donde descubrimos que, lamentablemente, existen expertos, miembros de entidades académicas reconocidas, que parecen sufrir de grandes distracciones genealógicas, impropias de simples principiantes.
Según la ley española, uno de los documentos que permitían iniciar la solicitud de la nacionalidad era un “Informe motivado, emitido por entidad de competencia suficiente, que acredite la pertenencia de los apellidos del solicitante al linaje sefardí de origen español[18].”
Un colega, genealogista americano, me mostró uno de estos informes motivados que, emitido por un genealogista “de los de cincuenta medallas[19]”, había servido para iniciar la solicitud de nacionalidad. El colega americano me lo mostraba asombrado de que semejante despropósito genealógico hubiera sido tomado por válido y más sorprendido aún de que el genealogista “de los de cincuenta medallas” se prestara a aportar su nombre y firma en semejante basura genealógica. Cuando me lo mostró, también yo quedé estupefacto. El documento venía a decir que existían varias personas judías conversas, en el siglo XVI, que tenían el mismo apellido que el solicitante de la nacionalidad (pongamos que el apellido fuera Sánchez, o González, o Álvarez) y por ende el solicitante era también judío sefardí.
Tanta laxitud en las circunstancias que motivaban las solicitudes parece llamaron la atención y
Un escrito policial enviado al Ministerio de Justicia a finales de 2018 hizo saltar las alarmas. Los agentes advertían de la existencia de una organización criminal y de posibles fraudes en la tramitación de la nacionalidad española por parte de descendientes de sefardíes. La información partía de la embajada española de un país latinoamericano. El oficio policial cambió radicalmente la forma de estudiar las solicitudes, empujó a los funcionarios a mirar con lupa los expedientes y provocó un torrente de denegaciones al comprobarse que, en miles de ellos, no se cumplían las exigencias de la ley. Las más de 3.000 demandas rechazadas en los últimos meses han provocado una encendida polémica. Algunas comunidades judías y un puñado de abogados acusan al Gobierno de antisemitismo y de cambiar el criterio para aprobar los expedientes.[20]
En octubre de 2020, la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública emitió una circular en la que se advertía que
Se observa que, no constando certificado expedido por la Federación de Comunidades Judías de España ni tampoco por comunidad judía o autoridad rabínica avalada por aquella, se aceptan certificados que hacen una mera referencia a que el apellido del solicitante era frecuente entre los sefardíes que abandonaron España sin acreditar mínimamente la genealogía del solicitante mediante el correspondiente informe[21].
e instaba a los notarios a “a que extremen el cumplimiento de los requisitos que establece la Ley[22].”
El fin del plazo para iniciar las solicitudes en España dejó abierta únicamente la posibilidad de obtener, por ascendencia sefardí, la nacionalidad portuguesa. Al parecer los requerimientos aplicados en Portugal para certificar a los ancestros judíos sefardíes resultan algo menos laxas que lo aplicado en España. Algunos genearcas certificados en España parece que no son admitidos en Portugal, y parecería que ciertos delirantes informes emitidos por genealogistas algo -o bastante- distraídos tampoco son aceptados.
Hace poco contactó conmigo un abogado que afirmaba trabajar para un despacho portugués dedicado a tramitar nacionalidades a descendientes de judíos sefardíes. Pretendían certificar como originario sefardí a un conquistador, pasado a Indias en la segunda mitad del s. XVI y para tal fin habían presentado ante una de las Comunidades Judías portuguesas un informe elaborado por un genealogista sudamericano. Como este informe había sido rechazado -y los abogados daban plena validez al informe presentado por el genealogista sudamericano-, me consultaban acerca del informe y de la posibilidad de buscar la prueba fehaciente que permitiera certificar la supuesta ascendencia sefardí de este conquistador, que abriría la puerta a que fueran muchísimas las personas que podrían solicitar la nacionalidad por ser descendientes de esta persona.
Entendí que se me pedía que buscara una aguja en un pajar, sin saber si en este pajar había alguna aguja, pero acepté ver el informe que me enviaron para así poder dar una opinión sobre el asunto.
Leyendo el informe comprendí que fuera rechazado. Abundaban la falta de rigor histórico, que en algunos momentos parecía ir de la mano de lo fantástico e, incluso, de lo esotérico; cualquier cosa era utilizada para lograr un entronque judío aunque para ello el genealogista tuviera que encajar las piezas con calzador, intentando dar una imagen de verosimilitud utilizando de la bibliografía empleada únicamente lo que convenía a sus intereses y omitiendo directamente lo que no convenía. No contento con ello, en una segunda parte del informe, afirmaba existir un entronque judío que vendría mediante una filiación que haría a nuestro personaje descendiente del rey san Fernando y éste, de Teodorico de Autun, que vivió en el s. VIII y al que el genealogista otorga un supuesto origen judío -siguiendo a un autor de libros con temática esotérica y del Santo Grial-, que hace a Teodorico de Autun descendiente directo del rey David, llevando las filiaciones, generación por generación, hasta tiempos muy anteriores a Cristo.
Sobra que tengamos que indicar que lo legendario y lo esotérico no pueden ser tenidos en cuenta en ningún trabajo histórico.
Lo tremendo del asunto es que quien firma este fantasioso y disparatado informe es también un genealogista “de los de cincuenta medallas”, como le gustaba afirmar a mi colega americano. Al pie de su firma aparecen mencionados tres doctorados, un máster en genealogía, la membresía de número en tres instituciones históricas y genealógicas de su país de origen y la condición de miembro correspondiente de conocidas instituciones genealógicas de Venezuela, Costa Rica, Chile, Perú, Brasil, Uruguay, Argentina y República Dominicana.
¿Resulta posible pertenecer a tantas instituciones y demostrar semejante falta de rigor histórico? ¿Es posible que quien exhibe semejantes acreditaciones como un experto genealogista, sufra una distracción genealógica que sería reprobable incluso en un genealogista principiante? ¿Resulta ético afirmar cualquier cosa a conveniencia de quién paga el informe? ¿Son conscientes las instituciones de que, de alguna manera, indirectamente se estaría utilizando su nombre y prestigio para avalar informes poco rigurosos y para nada éticos?
Desde siempre la ciencia genealógica ha conocido genealogistas y heraldistas poco rigurosos. Como menciona Salazar y Acha[23]
No en vano, Fernán Pérez de Guzmán, los describía como “hombres de poca vergüenza a quienes más les plaçe relatar cosas estrañas e maravillosas que verdaderas e ciertas”. O de los que Garibay hacía este otro comentario: “los libros fabulosos de algunos Reyes de Armas tratan también de esta materia, de los que, si se purgase lo malo, quedaría muy poco de lo bueno.”
Podríamos pensar que vivimos en una época en la que el afán de aparentar y el propio interés individual, ya sea éste pecuniario o la adopción de una nacionalidad europea, conduzcan a algunas personas a la falta de rigor y lo que es peor, a la falta de ética genealógica. Tal vez estemos viviendo en la edad de oro de las fantasías y las falsedades genealógicas y heráldicas. Afortunadamente, hoy como ayer, me consta que existen aún genealogistas serios, rigurosos y con sentido ético. Igualmente me consta que la mayoría del notariado vela por la seguridad jurídica."
Fonte: https://www.biografiasfamiliares.com/sobre-genealogia/84-heraldistas-y-genealogistas-distraidos?fbclid=IwAR15SS7LyThgO6dhzosX_Cxw4wyizZpw8I2ohBf0kep9sMuSYWY8I59rqDU
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E acrescento que, por cá, há "genealogistas" lusofonos a alinhar na fraude.
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Caro Jorge:
Outros membros do fórum já apontaram o quanto é temerário tentar definir a etnia de alguém com base apenas no sobrenome. Acrescento que no caso brasileiro, diante das inúmeras pessoas escravizadas que adotaram após a alforria os sobrenomes de seus senhores, dos muitos agregados de antigos latifúndios que fizeram o mesmo, além de milhares de afilhados de chefes políticos municipais ou de outros indivíduos poderosos, somente uma pesquisa genealógica criteriosa pode levar a um resultado preciso. Para ficarmos em um único exemplo, lembro que o apelido Mendanha, relativamente comum no Rio de Janeiro, provém de Ibn Dana (Abendanha no português arcaico), nome de uma tribo de judeus do Marrocos. Todavia, sendo esta família enraizada em terras cariocas desde um longínquo passado colonial, no qual foi proprietária de diversos engenhos de cana e provavelmente teve milhares de escravos e agregados ao longo de sucessivas gerações, eu nunca diria que uma pessoa é de origem sefardita apenas por assinar Mendanha.
Boa sorte em suas investigações.
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A maneira mais rápida é "fazer á Roman Abramovich", que é despejar um monte de notas de dólar em cima duma qualquer esnoga deste "Eucaliptal á beira mar plantado" e rápidamente uma piara de rabinos lhe resolve o assunto, apresentando-lhe documentos irrefutáveis que descende do Adão e da Eva. Daí a carimba-lo como safardi vai um passo. Só precisa mesmo que seja filho neto ou trineto dum sefardita incógnito, que encoxambrou, sem passar pelo rabino, com a sua mãe avó ou trisavó (pai desconhecido), para na dúvida.... puder ser descendente dum habitante de Sefará há...... 500 anos.
Como o político do Alentejo ou das Beiras. Construa-se a ponte que a água há-de passar por baixo dos arcos, mesmo em tempo de seca absoluta, é para o que estamos,
Cumprimentos Maria
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Excelente e na mouche a resposta dada pelo confrade Lopo1, com a qual concordo inteiramente. Em registo diferente, gostei igualmente da leitura pragmática feita por mariafaia. Pessoalmente, entendo que esta questão é um perfeito embuste ditado por interesses que para a verdade histórica/ genealógica pouco, ou nada, aportam de positivo e útil.
Cordialmente,
João FR
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Caro Jorge,
Fazendo minha genealogia, sem nem saber o que era essa 'cidadania por via sefardita' há uns 5 anos, cheguei a alguns antepassados, lá pela 14ª geração, que eram cristãos-novos. E então fui pesquisar melhor sobre o vasto assunto.
Ou seja, foram pessoas que viveram no século XV, XVI e que foram perseguidas pela Igreja Católica. Muitos foram expulsos de Portugal, outros foram presos e morreram em condições deploráveis por praticarem "judaísmo", "heresia". Seu crime era não ter a mesma fé que os católicos. E mesmo muitos convertidos, acabaram sendo igualmente penalizados.
Não caia nessa conversa de que "é tudo fraude", pois não é. Faça sua pesquisa documentada e só então saberá se é descendente de algum judeu que tenha sido vítima da terrível Inquisição. No meu caso, achei sem ter procurado, mas hoje há uma enorme procura e com isso há muito mais informação.
O único caminho correto, é fazer a sua árvore DOCUMENTADA.
Mais tarde descobri que tenho outros dois ramos com outros cristãos-novos, sendo que um deles morreu na terrível prisão em Évora.
E não se engane: muitos relatórios com tais estudos são rejeitados pela Comunidade Israelita de Lisboa, ao contrário do que alguns desinformados pensam. Tudo tem que ser MUITO bem feito.
Boas pesquisas!
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Caro se
Era Óptimo que publicasse essa sua ascendência de 14 (?) gerações pois por cá no antigo Reyno de Portugal tal só é possível se o seu antepassado sefardi fosse pessoa nobre e como tal constasse dos nobiliários e judeu ou cristão novo não costumava ser inscrito nesses fólios.
seria bom que pudesse expor esses antecessores ao crivo dos confrades e confreiras deste forum.
De antemão agradecida
Maria
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Cara Maria Faia,
Trata-se de João Rodrigues Calaça. Poderá encontrar informações sobre ele com certa facilidade.
Até mesmo no Family Search há um perfil.
O trabalho foi feito por um genealogista profissional. E sim...é minha 14ª geração!
JOAO RODRIGUES CALAÇA (Portugal, 1485-1489 - Porto Santo, 1537).
Não entendi o motivo pelo qual houve tanta incredulidade de sua parte.
Talvez encontre algo no livro “Famílias da Madeira e Porto Santo” do Cónego Fernando de Meneses Vaz.
Cordialmente,
Beto.
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caro Beto
presumo que essa sua genealogia que não contesto, foi concerteza obtida através dos registos paroquiais da ilha de Porto Santo, ou outra fonte que gostaria que me indicasse. No caso dos seus antepassados é referido um enterro na sé do Funchal nem estou a ver nenhum cónego desse tempo a preocupar-se com judeus sefarditas, talvez isso sim com cristão novos mas nesse caso já tinham abjurado o judeísmo e perdido a condição de judeu, pelo que continuo com dúvidas a não ser que me diga que descende de safarditas que renegaram o judeísmo o que fará (a meu ver) toda a diferença. Se esses antepassados recusassem o cristianismo e fossem para os países Baixos ou Império otomano então dar-lhe-ia razão. mas pelos vistos descende sim de judeus que foram "batizados em pé" e que por tal não podem ser sefarditas, pois não foram para a diáspora.
Cumprimentos. Maria
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COM CERTEZA, ‘essa minha genealogia’, foi bem documentada. Não, não é preciso me dar razão, Maria!
Pois bem, Maria: não sou especialista no assunto, tanto que contratei um genealogista profissional, um historiador, para confirmar minha pesquisa, contudo parece-me que seu ponto de vista é diferente do da CIL, que entende que os judeus que foram obrigados a renegar sua fé para não serem trucidados pela Inquisição, não deixam de ser considerados ‘judeus sefarditas’. Tanto que para esses descendentes, concedem o certificado para obterem do governo português a cidadania portuguesa. Esse é o meu entendimento. Lá no site da CIL você poderá encontrar maiores esclarecimentos sobre o assunto.
Boas pesquisas!
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Caro Beto
Continuamos na mesma
O senhor e o seu historiador encartado PRESUME que um seu antepassado baptizado e enterrado na sé do Funchal era judeu sem nada que prove essa condição. PROVA sim que era cristão,
Para provar ser judeu precisaria de registo em sinagoga referenciada, caso contrário continuará a sua descendência sefardita a ser uma questão de fé, e isso eu não discuto
Cumprimentos Maria
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É certo que não fui eu o "desafiado", mas aqui mesmo no geneall.net descobri, há algum tempo, que sou descendente na 17a geração de Abraham Seneor, depois chamado de Fernão Perez Coronel, último rabino-mor de Castela. Assim sendo, posso dizer que nem tudo que parece de difícil comprovação deve ser tratado como mentira ou fraude.
https://geneall.net/pt/nome/27755/gustavo-alves-cardoso-moreira/
https://geneall.net/pt/nome/27759/waldyr-cardoso-moreira/
https://geneall.net/pt/nome/27753/emmanuel-cardoso-moreira/
https://geneall.net/pt/nome/280636/dalva-cardoso/
https://geneall.net/pt/nome/500647/francisco-jose-cardoso-junior/
https://geneall.net/pt/nome/984874/propicia-francisca-carneiro-da-fontoura-barreto/
https://geneall.net/pt/nome/1021963/antonio-pinto-carneiro-da-fontoura/
https://geneall.net/pt/nome/603895/inocencia-maria-pereira-pinto/
https://geneall.net/pt/nome/528310/francisca-carneiro-de-fontoura/
https://geneall.net/pt/nome/517831/joao-carneiro-da-fontoura/
https://geneall.net/pt/nome/593043/antonio-carneiro-da-fontoura/
https://geneall.net/pt/nome/580067/maria-taveira-de-magalhaes/
https://geneall.net/pt/nome/280333/joao-taveira-de-magalhaes/
https://geneall.net/pt/nome/265933/pedro-taveira-da-mesquita/
https://geneall.net/pt/nome/265138/catarina-coronel/
https://geneall.net/pt/nome/273373/nicolau-coronel/
https://geneall.net/pt/nome/276803/joao-perez-coronel/
https://geneall.net/pt/nome/199493/fernao-perez-coronel/
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Caso alguém se preocupe com isto, coisa que até me surpreenderia, adianto que não pretendo requisitar a cidadania espanhola pelas razões acima apresentadas. Gosto muito de estudar o idioma castelhano, mas me faltam laços mais consistentes com o país. Eu me sentiria, sem dúvida, um trapaceiro. Da mesma forma, está fora dos meus planos "voltar ao Judaísmo", étnico ou religioso. Mesmo por que, no primeiro caso, outras comunidades teriam primazia. Logo na minha quinta geração há uma africana falecida no Rio de Janeiro em 1891, com toda probabilidade levada para o Brasil contra sua vontade, e na nona geração aparecem ciganos do Ribatejo instalados nas Minas Gerais no século XVIII.
Confesso que também estranhei o excesso de agressividade presente em certas passagens deste tópico.
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Acrescento ao seu argumento, caro Beto, que muitos dos descendentes dos convertidos à força, até o século XVIII, foram denunciados, processados e condenados como "judaizantes". Uma parte significativa deles, inclusive, acabou "relaxada ao braço secular". Em outras palavras, o mesmo Estado que admitia as relações derivadas do Padroado desqualificou legalmente aqueles súditos como cristãos. Parece-me plausível, deste modo, que sejam admitidos como sefarditas.
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Em última instância, todos os portugueses têm ascendentes judeus.
O que me parece que choca alguns portugueses é pessoas claramente não seguidoras de qualquer tradição ou cultura judaica, nem mesmo antepassados até à quinta geração, muitos cristãos devotos, conseguirem a cidadania desta forma, considerando, como consequência da frase com que inicio este post, que qualquer brasileiro (ou outro, mas considerando a quantidade de brasileiros de origem portuguesa...) com origens portuguesas conseguirá demonstrar ser "judeu" por ter um antepassado sefardita. Ora, parece-me mais que se trata de um "português" e não de um "judeu", entre-aspas para indicar a ambiguidade de definições
Esta parece-me ser também a posicão da Comunidade Israelita do Porto, que como se pode ver no blog oficial, apenas aceita pedidos de nacionalidade a quem realmente professa a religião judaica. Esta não é a posição da Comunidade Israelita de Lisboa, que tem uma posição mais abrangente sobre o assunto.
http://jewishcommunityofoporto.blogspot.com/2021/02/portuguese-nationality-for-sephardic.html
Um excerto do post acima que claramente demonstra a posição da CIP:
"Qualquer pessoa de boa-fé percebe que é diferente lidar com o mundo judaico ou com o mundo não-judaico, para mais tratando-se de um rabinato ortodoxo de uma comunidade judaica. A certificação de toda a família de Isaac Biton, hoje israelita mas originária de Tanger, é menos morosa de realizar do que a do senhor Manuel da Silva, do Brasil, que alega ter tido um "cristão-novo" na família há 16 gerações."
Cumprimentos a todos,
Pedro Teles
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Caro Teles
Essa é a visão que perfilho e a única que deveria ser aceite devidamente regulamentada. essa de judeus sefarditas é em 99% dos casos uma negaça para trapacear com a nacionalidade portuguesa e dar de mão beijada poderes a instituições de duvidosa capacidade para se pronunciarem sobre questões tão sérias, fazendo com que a religião judaica e sua hierarquia se tornem agências de angariação, promoção e venda de documentos da Comunidade Europeia, fazendo portugal a triste figura de porteiro da Europa.
Cumprimentos Maria
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Caros Participantes e Genealogistas,
Parece-me, com todo o devido respeito, que os critérios de orientação da CIP nessa matéria levantam sérias dúvidas e não são muito diferentes dos que segue a CIL. Podemos estar perante um situação em que este provérbio/adágio popular assenta perfeitamente: "Muito bom prega Frei Tomás! Faz o que ele diz e não o que ele faz!".
Vejamos o caso Abramovich, que é gritante. Antes de mais, porque o Abramovich é judeu de raízes russas, bielorrussas e asquenazitas. A CIL veio aos meios de comunicação social dizer que lavrou o atestado de sefardismo de Abramovich porque o mesmo descende de judeus que viveram em Hamburgo, há não muitos séculos (não disse quando), e que nessa cidade havia uma conhecida presença portuguesa. Vejam as declarações do Rabino neste link:
https://cnnportugal.iol.pt/videos/justica-portuguesa-investiga-cidadania-lusa-de-roman-abramovich/61e86a080cf21847f0a61f13
Ou seja, o raciocínio (de lógica Aristotélica) da CIP é o seguinte: Abramovich teve uns antepassados em Hamburgo, que eram judeus, e como em Hamburgo viviam portugueses, ele descende de portugueses.
Esse é o critério. A presunção e as declarações de quem lá vai comprar o certificado e ainda fica como associado, a pagar quotas… se não pagar mais nada.
A CIL e a CIP passam muitos certificados sem qualquer prova que fundamente a decisão.
Depois, parece-me que o facto de esses processos assentarem numa declaração emitida por uma entidade de direito privado, de natureza associativa e religiosa, sem qualquer controlo, viola os mais basilares princípios do direito.
Por fim, julgo que o conceito de sefardita também tem sido mal compreendido e aplicado (resta saber se intencionalmente). Nem todos os sefarditas são de origem portuguesa. Podem ser espanhóis, marroquinos… Porém, para a CIL e para a CIP, parece-me, basta alegar ser sefardita para que se lhe passe o competente certificado.
Outro aspecto importante que toda a gente parece querer ignorar: muitos dos judeus que saíram de Portugal em 1496/1497 eram espanhóis que para aqui tinham vindo em 1492, na sequência do Decreto de Alhambra.
Cumprimentos,
Lopo
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Como confirmar ascendencia Sefardita
PS: pesquisando aqui mesmo no fórum deparei-me com empresas especializadas neste negócio da nacionalidade portuguesa para "sefarditas".
Um exemplo:
https://voceportugues.com.br/quem-somos/
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Outro exemplo (creio que a genealogista frequenta este fórum):
https://www.facebook.com/pages/category/Personal-blog/Genealogista-Gisele-Camacho-Aznar-102838334596527/
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Outro tópico que ilustra o que aqui se disse:
https://www.geni.com/discussions/224940
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Caro Gustavo
mais uma vez tenho razão. o sr descende do rabi de Salamanca, que como diz foi baptizado, perdendo então a condição de judeu e passando quando muito a cristão novo.
os sefarditas foram aqueles que ao contrário do seu antepassado recusaram o baptismo e por isso foram expulsos de Espanha primeiro e depois de Portugal. Esses que retomaram o êxodo é que deverão ser considerados judeus sefarditas.
O sr descende dum rabi que renegou o judeísmo tornando-se cristão, tão sómente.
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Obrigado pela sua resposta,
Diga-se o que se disser, o Abramovich é judeu, de uma família judia russa. Algo interessante seria ver por que via, ou seja qual o judeu português, antepassado de Abramovich, que lhe permitiu a obtenção da nacionalidade. O resto, que tem sido noticiado, francamente, não me parece seja relevante para esta discussão.
A CIP tem-se quase sempre pronunciado (e a meu ver, bem) contra a aquisição de nacionalidade por brasileiros (ou outros, mas na sua maioria brasileiros) de 9ª,10ª, 11ª, 12ª...15ª geração de um cristão-novo, sendo que não tem sido essa a posição da CIL. Não sou apenas eu que o digo, basta pesquisar um pouco sobre o assunto na rede. Os próprios proponentes o sabem, e é fácil encontrar em fóruns quem diga que nem vale a pena tentar a CIP por essa mesma razão!
Cumprimentos cordiais,
Pedro Teles
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Tenho ascendência cristã nova praticamente por todo lado mais aonde é mais nítido e conclusivo é pelo lado da minha avó materna por causa da minha antepassada Joaquina Antunes Faria filha de Maria São José Sarzedas pertencente a uma família judaica de Porto Alegre PT Castelo de Vide de origem sefardita no qual faz parte também Fernandes,Carvalho,Carrillo,Vaz,Senna,Martins,etc não é o único lado mas seria donde tenho mais constância judaica.Por outro lado não tenho interesse em aproveitar de um antepassado que passou por grandes dificuldades a minha busca é apenas memória e resgate de uma parte que ficou atrás não estou buscando conversão apenas herança cultural entende-los mais.
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Não estou desconsiderando o que pensa mas não foi fácil ser um cristão novo sendo rejeitado por todo lado,na minha família houve mistura e ao mesmo tempo rejeição a suas raízes procurando ser bons católicos eu pessoalmente não estou a procura de cidadania portuguesa eu sou daqueles que acredita o potencial gigantesco do Brasil é apenas aproveitado apenas por poucos e se não fossem os cristãos novos a sina do Brasil teria sido mais difícil e também sou um agnóstico convicto apesar de ser criado na tradição cristã não rejeito ascendência judaica que tenho e do mesmo modo não vejo problema alguém com passado judaico querer ir atrás de sua existência antiga mesmo que tenha seu antepassado deixado de ser rabino,até onde sei o próprio Cristo nunca perdeu a sua condição judaica.
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A CIP tem uma certa dificuldade em aceitar que uma boa parte dos brasileiros eu diria até uma parte considerável dos latino americanos possuem ancestralidade judaica,por outro lado concordo não se pode brincar com o judaísmo mesmo assim vejo uma visão um tanto conservadora com pessoas que tiveram um passado ligado ao povo judeu e que pelo menos sejam respeitados em sua busca em entender tais raízes esta gente que estão rejeitando podem e devem ser os seus maiores aliados contra um anti semitismo que existe contra o sentido judaico pode rejeitar de dez entre sessenta milhões de brasileiros com esta ancestralidade mais cento e quarenta milhões latentes no mundo com esta etnia tão marcante na história do mundo por causa da sua formação intelectual não acredito em povo melhor ou pior mas não desconsidero a formação educacional judaica quando bem aplicada é a mais interessante que conheço mesmo que alguns tenham mazelas não se pode nunca generalizar falo isto até por experiência própria pois a maioria do povo judaico continuam em muito contribuindo com o aperfeiçoamento cultural da humanidade.
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Interessante em Portugal ainda gera o tal sentimento de encontrar um antepassado judeu como uma ameaça ao persona luso influencia do descendente Salazar que queria esquecer que tinha esta etnia mesmo não sendo anti semita o receio do português descobrir que mesmo com a inquisição e o estigmatismo houve uma série de casamentos mistos olhai o que é errado aqui no Brasil ser descendente de judeu é uma honra a maioria dos degredados que mandaram para cá tinham esta etnia e eles é que ajudaram com muito talento a construir o meu país e por esta razão honro a memória deles e pois pois não estou atrás de sua cidadania ou a de Israel apenas quero entender mais o que foram,só isso.
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Está na altura de acertar algumas incompatibilidades que tem com a História de Portugal e do Brasil, consultando obras honestas e deixar de divagar por entre esse nevoeiro de sefarditas e desterrados ou judeus que são bapizados, Acerte lá essas agulhas. Votos de melhora- Faia
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Falso.
A maior parte dos brasileiros e dos latino-americanos não tem ascendência judaica.
A maior parte dos portugueses e dos espanhóis (galegos, catalães, bascos, castelhanos, etc...) não tem ascendência judaica.
O que poderá ser afirmado é que muitos ibéricos terão, lá muito longe na sua árvore genealógica, um vago antepassado judeu, um antepassado no meio de milhares que não eram judeus.
Ter um antepassado judeu que viveu no século XV não significa ser-se judeu. Do mesmo modo que o sr. Abramovich não é sefardita, apesar de ser indiscutivelmente judeu.
Todo este interesse dos brasileiros pelas "origens judaicas" é no mínimo estranho e de desconfiar. Ou não entendem nada de história e deixam-se levar pelas modas ou o objetivo será um novo passaporte.
Curiosamente, sendo bem mais provável para um brasileiro descobrir um antepassado escravo negro ou mesmo indígena, não vejo semelhante interesse. Talvez por não estar na moda ou não interessar muito um passaporte do Congo ou do Gana.
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Há alguma confusão entre ser JUDEU SEFARDITA e ser DESCENDENTE DE JUDEU SEFARDITA.
Judeu Sefardita eram os judeus que viviam na Peninsula Ibérica antes da Inquisição em Portugal e em Espanha. Uns fugiram da Peninsula Ibérica, outros foram mortos, outros foram baptizados em pé. Nenhuma destas 3 situações os excluem de serem descendentes de judeus sefarditas.
O que o Governo diz na Legislação, a proposito de nacionalidade, é que pode conceder a nacionalidade portuguesa por naturalização, com dispensa dos requisitos previstos nas alíneas b) e c) do n.º 1 (ou seja residirem em Portugal há mais de 6 anos e conhecerem a lingua portuguesa),
aos descendentes de judeus sefarditas portugueses, através da demonstração da tradição de pertença a uma comunidade sefardita de origem portuguesa, com base em requisitos objetivos comprovados de ligação a Portugal,
Isto é : a certidão de uma comunidade israelita de Lisboa ou Porto não atesta a ascendencia, mas apenas que a pessoa em causa é judeu que está integrado e frequenta essa comunidade e por iss o está dispensado de certos requisitos como o conhecimento da lingua portuguesa, e a residencia em Portugal há mais de 6 anos.
Mas não faz dessas pessoas sefarditas, nem descendentes de sefarditas portugueses. Muitos deles podem mesmo ser descendentes de asquenazes, que têm outra cultura, origem e tradições. Não é por acaso que em Amsterdão a comunidade sefardita tinha a sua propria sinagoga, com o seu proprio rito em ladino, ao contrario dos asquenazes. Foi esse o rito que foi praticado a Sinagoga de Nova Iorque. Ainda hoje em Amsterdão se podem ler e ouvir o ritual e oraçoes em ladino.
A ascendência de uma pessoa só pode ser provada através da sua arvore genealógica, que possa ser verificada em Processos da Inquisição (os da Inquisição de Lisboa estão quase todos on-line e contêm a genealogia dos presos), registos paroquiais, e outros cuja autenticidade possa ser comprovada por outros.
(nunca por biografias no Wikipedia, ou outros escritos de há meia duzia de anos ou mesmo escritos há uma centena de anos sabe-se lá por quem, sem uma ligação continua até ao século XVI).
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Caro Nicolau Botelho,
Sinto-me obrigado a fazer retoques em relação a várias das suas colocações. A primeira delas surge logo no começo da postagem:
“A maior parte dos portugueses e dos espanhóis (galegos, catalães, bascos, castelhanos, etc...) não tem ascendência judaica”. O que poderá ser afirmado é que muitos ibéricos terão, lá muito longe na sua árvore genealógica, um vago antepassado judeu, um antepassado no meio de milhares que não eram judeus”.
A respeito da Espanha, inicialmente, destaco dois excertos:
“(...) a conjuntura aberta em 1390, devido ao falecimento do prelado hispalense e à morte do monarca João I, situação que criou um certo vazio de poder, permitiu ao arcediago de Écija lançar os seus seguidores, em junho de 1391, contra a judiaria de Sevilha. Aos judeus oferecia-se lhes a alternativa de converter-se ou morrer. A violência propagou-se rapidamente por todo o vale do Guadalquivir, de onde continuou tanto para a meseta como para os territórios da Coroa de Aragão. Recordemos o que disse a propósito destes acontecimentos Pedro López de Ayala: ‘Perderam-se por este levantamento neste tempo as alfamas dos judeus de Sevilha e Córdova e Burgos e Toledo e Logronho e outras muitas do reino; e em Aragão as de Barcelona e Valência e outras muitas; e as que escaparam ficaram muito pobres’. Não se conhece o número de vítimas daqueles acontecimentos, ainda que se estimassem em cerca de 4.000. Em qualquer caso, a consequência principal daquelas terríveis explosões de violência foi a conversão massiva de muitos judeus, que aceitaram o batismo, não por convicção, mas porque era a única maneira de salvar a sua vida. Nos anos seguintes, os sermões do dominicano valenciano Vicente Ferrer também contribuíram para trazer às fileiras do cristianismo um bom número de hebreus”.
(Ver Julio Valdeón, Joseph Pérez e Santos Juliá. História de Espanha. Lisboa: Edições 70, 2016, p. 120)
“No fim do século XV, os judeus estavam presentes quase que em todas as regiões da Espanha. Suas comunidades eram contadas às centenas. Havia 216 delas em Castela em 1474, 22 em Aragão, mais de doze no reduto dos bispados de Córdoba e Sevilha, etc. A maioria contava com algumas centenas de pessoas- pelo menos 500 em Cáceres, na Estremadura, 700 em Talavera de la Reina, cerca de 800 em Gerona, na Catalunha, e mais de mil em Valladolid. No total, mais de 200.000 ou, talvez, 300.000 pessoas, equivalentes a 4-5% da população”.
(Ver Bernard Vincent. 1492: Descoberta ou Invasão? Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 1992, p. 27. APUD Angelo Adriano Faria de Assis. João Nunes, um rabi escatológico na Nova Lusitânia: sociedade colonial e Inquisição no Nordeste quinhentista. São Paulo: Alameda, 2011, p. 29)
Fica claro que mesmo estando sujeitos a massacres e conversões forçadas muito antes do processo definitivo de expulsão os judeus constituíam uma minoria numerosa no país. Saliento também que justamente pelas conversões mais ou menos forçadas, pelas pressões exercidas pela maioria cristã ao longo da Idade Média, o total geral de descendentes de judeus deveria ser bem superior aos 4-5% que segundo o autor se apresentavam como seguidores da religião em 1474.
Uma dose mínima de realismo também nos levará a concluir que os meios à disposição do Estado espanhol em fins do século XV não permitiriam simplesmente colocar para fora aquela gente toda, e que muitos dos judeus prefeririam o batismo em pé e a permanência em seus locais de origem à perda total de seus bens e o exílio em países dos quais não dominavam a língua.
Por extensão, a ancestralidade cristã nova (e anteriormente judia!) deve ser significativa entre os povos hispano-americanos, mesmo que em regra ignorada pelas pessoas que não se interessam por genealogia.
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Sobre Portugal, serei mais breve:
“O número de judeus instalados no país já era muito elevado quando, no século XII, Portugal atingiu a independência política. Os reis afonsinos serviram-se dos judeus para importantes funções governativas, sobretudo no domínio das finanças. Os tesoureiros-mores dos reis foram, muitas vezes, judeus. Em 1492, os Reis Católicos expulsaram os judeus de Espanha, e o rei de Portugal, D. João II, autorizou muitos foragidos a instalar-se temporariamente em Portugal mediante o pagamento de elevadas quantias em dinheiro. Calcula-se então em 100.000 o número de judeus fixados, numa época em que a população portuguesa era de cerca de um milhão de habitantes”.
(Ver José Hermano Saraiva. Breve História de Portugal. Lisboa: Bertrand, s/d, p. 74)
O número total dos portugueses apontado por JHS parece, é verdade, baixo demais. Charles Boxer utiliza outras cifras:
“A população totalizava, no máximo, um milhão, no final da Idade Média. Em Portugal, como em toda parte, a peste negra de 1348-1349 provocou uma enorme mortandade, e a longa guerra de 1383-1411, com Castela, terá tido um efeito negativo sobre as populações fronteiriças. Mas a resistência humana a tais desastres nacionais está suficientemente confirmada e o milhão deve ter sido atingido novamente, e ultrapassado, por volta de 1450”.
(Ver O império marítimo português. Lisboa: Edições 70, 2001, p. 22)
Entretanto, mesmo que trabalhemos com uma estimativa de 1,3 milhão de portugueses na época de D. Manuel I, os 100.000 judeus seriam 7,7%. Isto não nos esquecendo da circunstância, comum à Espanha, de que as conversões, em regra e ao longo de séculos, se davam no sentido do Cristianismo e não do Judaísmo. Assim, mais uma vez, o total geral de descendentes de judeus, se houvesse interesse em apurá-lo, seria significativamente maior.
A partir daí afirmo que os portugueses de hoje, em média, não terão um ou outro “vago antepassado judeu”, mas pelo menos dezenas até o período manuelino, ainda que seja virtualmente impossível identificar todos, pela relativa escassez de fontes. Vale apontar um detalhe extra: como era comum que os “conversos” se aglutinassem em áreas comuns em algumas cidades portuguesas, eu não me espantaria se habitantes tradicionais de locais onde existiram judiarias descobrissem, pela pesquisa genética ou outro meio, ter 20 ou 30% de “sangue judeu”. Neste caso, é óbvio, ninguém poderia chamá-los de caçadores de passaporte, ou coisa semelhante.
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Quanto ao Brasil, em primeiro lugar é sabido que o “sangue cristão novo” se difundiu imensamente entre a população colonial.
“O cristão-novo no Brasil apresenta características extremamente interessantes e que o distinguem nitidamente dos cristãos-novos que emigraram para os países do norte da Europa ou para o Levante. Miscigenou-se com a população nativa, criou raízes profundas na nova terra, integrando-se plenamente na organização social e política local. Esta organização, ao mesmo tempo que permitiu a integração e acomodação do cristão-novo, sofreu reciprocamente, deste, profunda influência”.
(Anita Novinski. Cristãos-novos na Bahia: 1624-1654. São Paulo: Perspectiva/Edusp, 1972, p. 58. APUD Angelo Adriano Faria de Assis. João Nunes, um rabi escatológico na Nova Lusitânia: sociedade colonial e Inquisição no Nordeste quinhentista. São Paulo: Alameda, 2011, p. 36)
Existem na bibliografia sobre a colonização do Rio de Janeiro, Bahia, Pernambuco e outras regiões do país tantas menções a casamentos mistos entre cristãos velhos e cristãos novos que se todas fossem transcritas aqui este se tornaria, ainda que com necessidade duvidosa, o tópico mais longo do fórum. Milhões de brasileiros descendem, sem dúvida e em proporções muito variadas, de judeus, “criptojudeus” e cristãos novos quinhentistas, seiscentistas e setecentistas.
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Porém, Sr. Nicolau Botelho, o pior da sua intervenção foi o desfecho, na verdade o elemento que me fez voltar a um tópico do qual já havia me desinteressado. Só posso entender estas duas sentenças como resultado de um impulso, de um momento de raiva mal direcionada:
"Curiosamente, sendo bem mais provável para um brasileiro descobrir um antepassado escravo negro ou mesmo indígena, não vejo semelhante interesse. Talvez por não estar na moda ou não interessar muito um passaporte do Congo ou do Gana".
Com efeito, é bem mais fácil para o brasileiro médio descobrir sua ancestralidade africana e/ou indígena do que a judaica, com a exceção óbvia dos filhos e netos dos fugitivos do Holocausto. Todavia, mencionar o dito desinteresse já constitui uma temeridade, quando nos tempos atuais cerca de 54% dos brasileiros se definem como pretos ou pardos. Quanto aos tais passaportes, congolês, ganense ou qualquer outro, entramos no terreno das dificuldades praticamente insolúveis. Os africanos introduzidos pelo tráfico no Brasil recebiam denominações como "João Congo", "Francisco Benguela" ou "Maria Moçambique" não conforme uma etnia por eles mesmos declarada, ou pelo Estado de que se consideravam súditos, mas de acordo com o porto de embarque ou critérios variados de classificação adotados pelos próprios traficantes. Além disto, quando os escravizados pertenciam a grupos étnicos algo desconhecidos por portugueses e brasileiros, ou quando não havia interesse em classificar, eram chamados de "pretos de Nação" ou simplesmente pretos.
Eu mesmo esbarro com uma situação do tipo na minha própria árvore genealógica. A avó materna de uma das minhas bisavós, anotada segundo a ocasião como Cristina Inês de Castro ou Cristina Inês dos Santos, mas sempre mãe das mesmas pessoas, foi citada como africana na certidão de nascimento da dita neta. Recorrendo aos livros de uma freguesia onde parte da minha família viveu no século XIX, achei, com datas compatíveis, uma escrava Cristina que teve duas filhas, Geralda e Júlia, cujos nomes coincidem com os das tias maternas da minha bisavó. Contudo, Cristina é mencionada nestes assentos apenas como "escrava de Antonio Vicente Danemberg", sem nenhuma indicação de procedência. Isto possivelmente indica que foi uma das vítimas do tráfico ilegal do período entre 1831 e 1850, e que não interessava ao senhor divulgar informações que talvez comprometessem a sua "propriedade". Em suma, só com um grande golpe de sorte, oferecido pelo aparecimento de um novo documento, algum dia poderei solucionar o mistério.
Mesmo que, no caso oposto, brasileiros consigam chegar pelos livros à sua "nação" africana, resta o inconveniente de que raramente, ou nunca, esta coincidirá em suas fronteiras ou referências históricas com os países africanos atuais. Logo, a comparação com a questão sefardita carece de sentido.
[continua]
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Para finalizar uma intervenção que já se prolongou em demasia, aponto da mesma forma o equívoco em dizer que a busca pelos ancestrais indígenas é estranha aos brasileiros, ou "alheia à moda". Pelo contrário: durante as últimas décadas centenas de milhares de pessoas, principalmente moradoras das áreas onde existiram aldeamentos nos períodos colonial e imperial, e que se diziam morenas, brancas, pardas ou caboclas (descendentes mestiças de índios), hoje se declaram indígenas. Em certos casos retomam nomes de povos antes considerados extintos pelo Estado Brasileiro, mas dos quais conservam as manifestações culturais mais importantes, e a identidade. Desta maneira, e isto é fácil de verificar, a população indígena do Brasil cresceu em escala quase geométrica entre os últimos quatro ou cinco censos. Evidentemente, os interessados em transformar os territórios destas comunidades em pasto de cabritos ou bois magros detestam, e os racistas preocupados com a multiplicação de minorias "indesejáveis" mais ainda. Mas, sendo os racistas a escória da humanidade, uma espécie de peste suína que prejudica os bípedes, para que ligar para a opinião deles...
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Ex.mo Senhor Gustavo Moreira,
Talvez a minha mensagem que motivou as suas respostas tenha sido demasiado seca e desde já afirmo que nada tenho contra quem procura conhecer os seus antepassados.
No entanto, apesar de não ser historiador e muito menos especialista na presença judaica na Península Ibérica, os judeus sempre foram uma minoria. Não vou discutir números, no entanto o falecido Prof. Hermano Saraiva talvez não seja a melhor fonte, pois foi essencialmente um divulgador da História. No meio académico, não é, de resto, muito reconhecido, mas isso são contas de outro rosário.
O que essencialmente quis dizer e me parece indesmentível é que os judeus foram sempre uma minoria neste canto do mundo. E sempre tiveram tendência a casar entre si.
O que permite concluir com razoável probabilidade que a presença de sangue judeu nos povos da península (e por arrasto no Brasil e nos países de língua castelhana das Américas) é reduzida. Existe, mas é reduzida. Foi o que quis dizer quando referi que quase todos os portugueses terão um remoto antepassado judeu ou cristão-novo.
Mas a existência de um antepassado judeu (deduzindo que se consiga provar que era efetivamente judeu, pois no caso dos sefarditas e da legislação portuguesa em vigor isso implica recuar muitos séculos e são apontados muitos casos de cidadania portuguesa conseguida a troco de dinheiro, como saberá) não faz de ninguém um judeu. A menos que se converta, claro.
O que eu digo em relação a Portugal e Espanha, obviamente que poderei estender ao Brasil. Noto que quando falei do caso brasileiro, não me estava a referir aos judeus brasileiros que descendem de judeus que emigraram da Europa central e de leste no final do séc. XIX e já no séc. XX, para fugir a perseguições (pogroms, nazismo, etc...), pois com certeza que esses são mesmo judeus (ainda que não sefarditas, creio).
Aquilo que me suscita as maiores dúvidas é alguém afirmar-se judeu porque "descobriu" ou suspeita ter um antepassado judeu que viveu em Portugal no séc. XV. Isso para mim não vale nada. Na maior parte dos casos, a prova é quase impossível e mesmo quando há um grau razoável de certeza de que esse antepassado tenha efetivamente sido judeu, a verdade é que passaram séculos e os seus descendentes nunca professaram o judaísmo e provavelmente nunca mais voltaram a casar com judeus.
Para mim, essas pessoas não são judeus. Podem até ter interesse no judaísmo ou interesse na obtenção do passaporte português, mas daí a serem judeus (e concretamente sefarditas) a distância é grande.
Cumprimentos,
N. Botelho
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Prezadíssimo Sr. Nicolau Botelho,
Agradeço em primeiro lugar pelo tom cortês da réplica, que até me fez recordar uma frase que ouvi de meu pai várias vezes na infância: -Bem educados são os filhos de Luso.
Devo reconhecer que ao mesmo tempo em que me apressei em acusá-lo de certo destempero, também deixei passar na resposta vários rompantes emocionais. Já que restabelecemos a serenidade necessária, creio que é possível demarcar entre nós mais de uma concordância:
1) A crítica ao uso da obra de José Hermano Saraiva se justifica. Um grande especialista em História Moderna se referiu a ele em aula, há uns 20 anos e na minha presença, como "um historiador menor, ainda que muito útil". O que ocorreu, entretanto, foi a lembrança rápida, da minha parte, da citação apresentada, e quando quis tirar da estante outros autores que a ratificassem notei que não tenho tantos livros sobre a História de Portugal quanto gostaria, e os encontrados só tocavam no assunto de maneira superficial.
2) Os judeus eram de fato uma minoria na Península Ibérica dos séculos XV e XVI, e em nenhuma passagem das minhas notas afirmei ou insinuei o contrário. Insisto, porém, na premissa de que constituíam uma minoria importante, difícil de ignorar em qualquer contexto. Por razões já apontadas no item 1, me abstenho a partir daqui de apresentar números sobre Portugal, embora faça questão de ressaltar outros relativos ao Brasil.
3) Também penso que o fato de ter descoberto um antepassado judeu que viveu no século XV (no meu caso individual, inclusive um rabino-mor) não faz de ninguém automaticamente judeu, e me parece estranha a ideia de que a dita descoberta, ainda mais quando documentada de forma insuficiente, resulte em reivindicação de cidadania.
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Algumas linhas sobre o chamado "Brasil Holandês":
Quantos judeus estiveram no Brasil holandês? Um historiador holandês da época, Augustus van Quelen, escreveu que o número de judeus do Recife chegou a ser o dobro do número de cristãos. Van Quelen exagerou, sem dúvida, assim como exagerada foi a estimativa posterior de D. Luís de Meneses, para quem havia cinco mil judeus em Pernambuco em 1654. No polo oposto, Egon e Frieda Wolff fizeram uma lista cautelosa ao extremo, concluindo que em nenhum ano da ocupação holandesa a população judaica ultrapassou a casa dos 300 indivíduos. Wiznitzer avançou no assunto e indicou que o número de judeus residentes em todas as capitanias dominadas pelos holandeses girava em torno de 1.450 pessoas, em 1644, caindo para 650 em 1654, ano da rendição holandesa. Os dados apresentados por Wiznitzer me parecem mais confiáveis, na verdade, simplesmente porque ele se baseou num recenseamento realizado pela Companhia das Índias Ocidentais, a WIC, em 1645.
Em 1644, 1.450 indivíduos: isso é muita ou pouca gente da nação no Brasil holandês? É um índice considerável, cerca de 12% da população total de Pernambuco¹ (somente de Pernambuco) no início da década de 1640, estimada em 120 mil pessoas. Mas em relação à população livre, restrita no censo da WIC a portugueses, luso-brasileiros, holandeses e outros europeus, o índice de judeus alcançou cerca de 40% do total em 1644. Longe de constituir maioria ou alcançar o dobro da população cristã no Brasil holandês, o número de judeus-portugueses estantes no Brasil holandês era, no entanto, formidável.
1- Aqui parece faltar uma vírgula (nota minha).
(Ver Ronaldo Vainfas. A fortuna da diáspora: judeus portugueses no Brasil holandês. In: Raízes do privilégio: mobilidade social no mundo ibérico do Antigo Regime. Orgs: Rodrigo Bentes Monteiro, Bruno Feitler, Daniela Buono Calainho e Jorge Flores. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2011, p. 431-432.)
Os referidos judeus-portugueses,conforme outras passagens do artigo, eram em sua maioria membros imigrados da colônia sefardita sediada em Amsterdam, mas também absorveram cristãos novos residentes no Brasil que quiseram voltar ao Judaísmo quando o governo colonial holandês decidiu permitir o funcionamento das sinagogas. Muitos foram embora a partir de 1654, mas sem dúvida boa parte se integrou à população do que hoje se entende como o Nordeste brasileiro, se casando com pessoas livres de todas as categorias daquela sociedade. Já escutei relatos de especialistas, inclusive, sobre judeus que estabeleceram alianças matrimoniais com filhas de chefes indígenas, definindo-se previamente por contrato quais filhos, pela ordem de nascimento, seriam criados como judeus ou como índios.
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Duas notas sobre o Rio de Janeiro:
(...) um aspecto que tem sido muitas vezes negligenciado é o impacto que tiveram na sociedade fluminense as perseguições que a inquisição portuguesa desencadeou na capitania no início do século XVIII. Lina Gorenstein calcula em 228 o total de homens presos ou denunciados ao Santo Ofício no período (Silva, 1995, p. 128). Um número considerável, se levarmos em conta a ausência das mulheres, igualmente perseguidas, neste total e a dimensão da população da época, que girava em torno de doze mil almas na urbe carioca (Silva, 1990, p. 117). Além disso, é importante ter em conta que os grupos sociais mais abastados encontravam-se sobre-representados entre os indivíduos perseguidos. Em outras palavras, era sobretudo a composição da elite que a inquisição afetava com sua atuação. Num contexto de clara expansão das oportunidades econômicas a mutilação de parte da elite cristã-nova abria novos espaços para a ação dos adventícios, sobretudo dos que fossem cristãos-velhos.
(Ver Antonio Carlos Jucá de Sampaio. Famílias e negócios: a formação da comunidade mercantil carioca na primeira metade do setecentos. In: Conquistadores e negociantes: Histórias de elites no Antigo Regime nos trópicos. América lusa. Séculos XVI a XVIII. Orgs: João Luís Ribeiro Fragoso, Carla Maria Carvalho de Almeida e Antonio Carlos Jucá de Sampaio. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2007, p. 231.)
(...) em fins do século XVII, os então vereadores acusavam o ouvidor Manoel de Souza Lobo de ter provocado a eleição de pessoas “de infecta nação”, e outras “de baixa limpeza”, afirmando ter sido a primeira vez que se viu entrar naquele Senado “pessoas hebreias”. Em função disso, a câmara enviara um procurador à Corte para requerer a observância da lei e a expulsão dos ditos hebreus e de algumas pessoas mecânicas dos cargos da governança. Informavam que naquela ocasião o rei expedira ordem- de 12 de novembro de 1697- mandando sindicar a matéria pela gravidade das circunstâncias. Anulou-se por fim aquela eleição. Por algum tempo, as coisas voltaram a uma relativa tranquilidade, impedindo-se com muita eficácia que dali por diante entrassem na câmara pessoas que não fossem “da principal e conhecida nobreza dela”.
(Ver Maria Fernanda Bicalho. A cidade e o império: o Rio de Janeiro no século XVIII. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2003, p. 374.)
Os números me parecem ainda mais significativos do que os de Pernambuco. Centenas de pessoas foram processadas sob a acusação de "judaizar" em uma municipalidade de doze mil habitantes, dos quais a maioria provavelmente era composta pelos escravos que trabalhavam nos muitos engenhos das freguesias rurais. Claro que não ignoro que as motivações por trás dos processos eram em regra econômicas, que outros grupos privilegiados fizeram uso do poder estatal e eclesiástico para tomar dos cristãos novos suas terras, cativos, prédios urbanos, casas de comércio, etc. Porém, os argumentos empregados partiam da origem judaica dos processados e dos antigos costumes judeus que muitos deles conservavam.
Pela segunda citação se percebe que no período imediatamente anterior às perseguições os cristãos novos do Rio tinham poder socioeconômico e representatividade demográfica suficiente para ingressar na Câmara local, mesmo diante de toda a legislação discriminatória.
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Sobre a Bahia:
Face a estes grupos de perfil mais convencional, podemos destacar um subgrupo muito especial: os cristãos-novos. São os Antunes, ligados politicamente a Mem de Sá; os Carvalhos Pinheiros, judaizantes até o fim do século XVII; os Gomes Vitória, os Paredes (uma cuja ancestral, Violante da Costa, saíra afogueada num auto de fé em Lisboa em 1590), os Lopes Franco, heróis da luta contra os holandeses no começo do seiscentos; e os Ximenes de Aragão, protegidos de Sixto V, que lhes concedeu as próprias armas, e os Dias de Meneses, que mesclavam o sangue da alta nobreza ao sangue de dois conversos, Damião Dias Ribeiro e Diogo de Castro do Rio. Todos situados na elite colonial, e miscigenados de modo indiferente às outras famílias da classe dominante no Recôncavo.
(Ver Francisco Antonio Doria. Os herdeiros do poder. Rio de Janeiro: Revan, 1994, p. 64)
Nota-se que da mesma forma que no Rio de Janeiro, na Bahia os cristãos novos integravam com frequência os grupos dominantes compostos por senhores de terras e escravos e negociantes. Ou seja, muitos deles eram pessoas com todas as oportunidades de gerar numerosos descendentes. Além de se casarem com facilidade em famílias cristãs velhas, tinham à sua disposição uma multidão de cativas e agregadas só formalmente livres das fazendas. Logo, não exageram os que dizem que milhões de brasileiros são descendentes de cristãos novos. Isto até dá margem a afirmativas, da parte de alguns dos meus compatriotas, no estilo "O Brasil é o que é porque foi colonizado por judeus degredados". Deixo assinalado que não compactuo nem de longe com este gênero de absurdos.
Mas o que se conclui de todas estas passagens historiográficas, e de outras que talvez se deva acrescentar, é que já havia milhares de cristãos novos no Brasil numa época em que a população colonial era bem reduzida, e eles provinham basicamente de Portugal. Não podiam, assim, ser tão escassos na metrópole quanto desejam alguns confrades.
Sinceros cumprimentos a todos.
Gustavo Moreira- Rio de Janeiro
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O que muitos suspeitavam:
https://www.jn.pt/justica/lider-da-comunidade-judaica-do-porto-detido-pela-pj-14673143.html?utm_source=push&utm_medium=mas&utm_term=14673143&fbclid=IwAR3RH-F0XjNmhWIc6CoUK2Ur-bdiBmtoqLeMzKUOdNh4BftJGF9XIuXxKhM
https://observador.pt/2022/03/13/comunidade-israelita-do-porto-suspende-atribuicoes-de-nacionalidade-portuguesa-apos-detencao-do-rabino/
Resta saber se a justiça funcionará ou não...
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P. S. Ainda faltam os "genealogistas" que colaboraram na farsa judaizante.
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Caros confrades,
Não gostava de voltar a este assunto, mas faço-o por dois motivos:
1º) Para dizer que li as mensagens do confrade Gustavo Moreira, em resposta a uma msg minha, que agradeço.
2º) Em relação à nossa herança judaica, não sou historiador, mas nunca duvidei da importância dos judeus na nossa História. Entendo que foram sempre uma minoria, ao contrário de outras pessoas que exageram na dimensão da presença judaica em Portugal. Há até quem defenda que o simples facto de se usar determinados apelidos evidencia ou até comprova uma origem judaica. Mas, dito isto e como aliás já foi aqui assinalado neste tópico, não deverá existir um português (ou um brasileiro descendente de portugueses) que não tenha pelo menos um antepassado judeu na sua árvore genealógica).
O que na minha opinião vale zero para se ser judeu, a menos que já se seja judeu "por outras vias".
Este poderia ser o caso do Sr. Abramovich, que é um judeu asquenaze, mas que bem poderia ter também um remoto ancestral sefardita.
E como falar do Sr. Abramovich é falar do processo-crime em curso e, por arrasto, da lei da nacionalização (Decreto-Lei n.º 30-A/2015 de 27 de fevereiro), mantenho a minha opinião sobre a justeza da lei, mas infelizmente, por falha do legislador, presta-se a fraudes na atribuição da nacionalidade portuguesa.
Transcrevo de seguida o texto da lei, na eventualidade de interessar a alguém:
Decreto-Lei n.º 30-A/2015 de 27 de fevereiro
Designam-se de judeus sefarditas, os judeus descendentes das antigas e tradicionais comunidades judaicas da Península Ibérica.
A presença dessas comunidades na Península Ibérica é muito antiga, sendo mesmo anterior à formação dos reinos ibéricos cristãos, como sucedeu com Portugal a partir do século XII.
Tendo essas comunidades judaicas, a partir de finais do século XV e após o Édito de Alhambra de 1492, sido objeto de perseguição por parte da Inquisição espanhola, muitos dos seus membros refugiaram-se então em Portugal.
Porém, o rei D. Manuel, que inicialmente havia promulgado uma lei que lhes garantia proteção, determinou, a partir de 1496, a expulsão de todos os judeus sefarditas (também conhecidos por marranos) que não se sujeitassem ao batismo católico. Assim, numerosos judeus sefarditas foram expulsos de Portugal nos finais do século XV e inícios do século XVI.
De modo geral, estes judeus peninsulares estabeleceram-se, entre outros, em países como a Holanda, o Reino Unido e a Turquia, bem como em regiões do Norte de África e, mais tarde, em territórios americanos, nomeadamente no Brasil, Argentina, México e Estados Unidos da América (EUA).
Apesar das perseguições e do afastamento do seu território ancestral, muitos judeus sefarditas de origem portuguesa e seus descendentes mantiveram não só a língua portuguesa, mas também os ritos tradicionais do antigo culto judaico em Portugal, conservando, ao longo de gerações, os seus apelidos de família, objetos e documentos comprovativos da sua origem portuguesa, a par de uma forte relação memorial que os leva a denominarem-se a si mesmos como «judeus portugueses» ou «judeus da Nação portuguesa».
Com a «conversão em pé», denominação pela qual ficou conhecida a conversão forçada dos judeus, decretada por D. Manuel, deixaram, então, de existir oficialmente judeus em Portugal, e apenas cristãos-velhos e cristãos-novos, sendo que esta nova denominação de cristãos-novos escondia a origem judaica.
Durante o período da Inquisição muitos desses cristãos-novos e judeus portugueses conseguiram escapar e sair do Reino, estabelecendo-se em algumas regiões do Mediterrâneo (Gibraltar, Marrocos, Sul de França, Itália, Croácia, Grécia, Turquia, Síria, Líbano, Israel, Jordânia, Egito, Líbia, Tunísia e Argélia), norte da Europa (Londres, Nantes, Paris, Antuérpia, Bruxelas, Roterdão e Amesterdão), Brasil, Antilhas e EUA, entre outras, aí criando comunidades de grande renome e fundado sinagogas notáveis, tais como a Sinagoga Portuguesa de Amesterdão, a Sinagoga Shearith Israel de Nova York, a Sinagoga Bevis Marks de Londres, a Sinagoga de Touro em Newport (Rhode Island - EUA), a Sinagoga Portuguesa de Montreal e a Sinagoga Tzur Israel em Recife.
No início do século XIX regressaram a Portugal alguns descendentes de judeus sefarditas que se tinham refugiado em Marrocos e Gibraltar, tendo, em 1801, sido criado o primeiro cemitério judeu moderno, junto ao cemitério inglês em Lisboa, e, em 1868, por alvará de D. Luís, sido concedido aos «judeus de Lisboa a permissão de instalar um cemitério para a inumação dos seus correligionários», o atual cemitério da Rua D. Afonso III, em Lisboa.
Ainda hoje, em muitos dos apelidos de famílias judaico-sefarditas, conserva-se a matriz portuguesa, embora, nalguns casos, esteja misturada com a castelhana.
Na diáspora da Holanda e Reino Unido subsistem, entre outros, apelidos de família como: Abrantes, Aguilar, Andrade, Brandão, Brito, Bueno, Cardoso, Carvalho, Castro, Costa, Coutinho, Dourado, Fonseca, Furtado, Gomes, Gouveia, Granjo, Henriques, Lara, Marques, Melo e Prado, Mesquita, Mendes, Neto, Nunes, Pereira, Pinheiro, Rodrigues, Rosa, Sarmento, Silva, Soares, Teixeira e Teles.
Já na diáspora da América Latina mantêm-se, por exemplo, também entre outros, os apelidos: Almeida, Avelar, Bravo, Carvajal, Crespo, Duarte, Ferreira, Franco, Gato, Gonçalves, Guerreiro, Leão, Lopes, Leiria, Lobo, Lousada, Machorro, Martins, Montesino, Moreno, Mota, Macias, Miranda, Oliveira, Osório, Pardo, Pina, Pinto, Pimentel, Pizarro, Querido, Rei, Ribeiro, Salvador, Torres e Viana.
Para além disso, noutras regiões do Mundo, existem igualmente descendentes de judeus sefarditas de origem portuguesa que conservam, para além dos acima indicados, entre outros, os seguintes apelidos: Amorim, Azevedo, Álvares, Barros, Basto, Belmonte, Cáceres, Caetano, Campos, Carneiro, Cruz, Dias, Duarte, Elias, Estrela, Gaiola, Josué, Lemos, Lombroso, Lopes, Machado, Mascarenhas, Mattos, Meira, Mello e Canto, Mendes da Costa, Miranda, Morão, Morões, Mota, Moucada, Negro, Oliveira, Osório (ou Ozório), Paiva, Pilão, Pinto, Pessoa, Preto, Souza, Vaz e Vargas.
Para além dos apelidos familiares e do uso da língua portuguesa, designadamente nos ritos, há descendentes de judeus sefarditas portugueses que, ainda hoje, falam entre si o ladino, língua usada pelos sefarditas expulsos de Espanha e de Portugal no século XV, derivada do castelhano e do português e atualmente falada por cerca de 150.000 pessoas em comunidades existentes em Israel, Turquia, antiga Jugoslávia, Grécia, Marrocos e nas Américas, entre muitos outros locais.
O presente diploma vem permitir o exercício do direito ao retorno dos descendentes judeus sefarditas de origem portuguesa que o desejem, mediante a aquisição da nacionalidade portuguesa por naturalização, e sua integração na comunidade nacional, com os inerentes direitos e obrigações.
Foram ouvidos, a título facultativo, a Comunidade Israelita de Lisboa, a Comunidade Israelita do Porto, o Conselho Superior da Magistratura, o Conselho Superior dos Tribunais Administrativos e Fiscais, o Conselho Superior do Ministério Público, a Ordem dos Advogados, a Ordem dos Notários, a Câmara dos Solicitadores, a Associação Sindical dos Conservadores dos Registos e o Conselho dos Oficiais de Justiça.
Foi promovida a audição, a título facultativo, da Comunidade Judaica de Belmonte, da Associação Sindical dos Juízes Portugueses, do Sindicato dos Magistrados do Ministério Público, da Associação Sindical dos Oficiais dos Registos e do Notariado, do Sindicato dos Trabalhadores dos Registos e do Notariado da Região Norte, do Sindicato dos Trabalhadores dos Registos e do Notariado da Zona Sul e Ilhas, do Sindicato dos Funcionários Judiciais, do Sindicato dos Oficiais de Justiça e da Associação dos Oficiais de Justiça.
Assim:
Ao abrigo do disposto no artigo 2.º da Lei Orgânica n.º 1/2013, de 29 de julho, e nos termos da alínea a) do n.º 1 do artigo 198.º da Constituição, o Governo decreta o seguinte:
Artigo 1.º
Objeto
O presente diploma procede à segunda alteração ao Regulamento da Nacionalidade Portuguesa, aprovado pelo Decreto-Lei n.º 237-A/2006, de 14 de dezembro, alterado pelo Decreto-Lei n.º 43/2013, de 1 de abril, permitindo a concessão da nacionalidade portuguesa, por naturalização, a descendentes de judeus sefarditas.
Artigo 2.º
Aditamento ao Regulamento da Nacionalidade Portuguesa
É aditado ao Regulamento da Nacionalidade Portuguesa, aprovado pelo Decreto-Lei n.º 237-A/2006, de 14 de dezembro, alterado pelo Decreto-Lei n.º 43/2013, de 1 de abril, o artigo 24.º-A, com a seguinte redação:
«Artigo 24.º-A
Naturalização de estrangeiros que sejam descendentes de judeus sefarditas portugueses
1 - O Governo pode conceder a nacionalidade portuguesa, por naturalização, aos descendentes de judeus sefarditas, quando satisfaçam os seguintes requisitos:
a) Sejam maiores ou emancipados à face da lei portuguesa;
b) Não tenham sido condenados, com trânsito em julgado da sentença, pela prática de crime punível com pena de prisão de máximo igual ou superior a três anos, segundo a lei portuguesa.
2 - No requerimento a apresentar pelo interessado são indicadas e demonstradas as circunstâncias que determinam a tradição de pertença a uma comunidade sefardita de origem portuguesa, designadamente, apelidos de família, idioma familiar, descendência direta ou relação familiar na linha colateral de progenitor comum a partir da comunidade sefardita de origem portuguesa.
3 - O requerimento é instruído com os seguintes documentos, sem prejuízo da dispensa da sua apresentação pelo interessado nos termos do artigo 37.º:
a) Certidão do registo de nascimento;
b) Certificados do registo criminal emitidos pelos serviços competentes portugueses, do país da naturalidade e da nacionalidade, bem como dos países onde tenha tido e tenha residência, os quais devem ser autenticados, quando emitidos por autoridades estrangeiras;
c) Certificado de comunidade judaica com estatuto de pessoa coletiva religiosa, radicada em Portugal, nos termos da lei, à data de entrada em vigor do presente artigo, que ateste a tradição de pertença a uma comunidade sefardita de origem portuguesa, materializada, designadamente, no apelido do requerente, no idioma familiar, na genealogia e na memória familiar.
4 - O certificado referido na alínea c) do número anterior deve conter o nome completo, a data de nascimento, a naturalidade, a filiação, a nacionalidade e a residência do requerente, bem como a indicação da descendência direta ou relação familiar na linha colateral de progenitor comum a partir da comunidade sefardita de origem portuguesa, acompanhado de todos os elementos de prova.
5 - Na falta do certificado referido na alínea c) do n.º 3, e para demonstração da descendência direta ou relação familiar na linha colateral de progenitor comum a partir da comunidade sefardita de origem portuguesa e tradição de pertença a uma comunidade sefardita de origem portuguesa, são admitidos os seguintes meios de prova:
a) Documento autenticado, emitido pela comunidade judaica a que o requerente pertença, que ateste o uso pelo mesmo de expressões em português em ritos judaicos ou, como língua falada por si no seio dessa comunidade, do ladino;
b) Registos documentais autenticados, tais como registos de sinagogas e cemitérios judaicos, bem como títulos de residência, títulos de propriedade, testamentos e outros comprovativos da ligação familiar do requerente, por via de descendência direta ou relação familiar na linha colateral de progenitor comum a partir da comunidade sefardita de origem portuguesa.
6 - Em caso de dúvida sobre a autenticidade do conteúdo dos documentos emitidos no estrangeiro, o membro do Governo responsável pela área da justiça pode solicitar, à comunidade judaica a que se refere a alínea c) do n.º 3, parecer sobre os meios de prova apresentados ao abrigo do disposto no número anterior.»
Artigo 3.º
Entrada em vigor
O presente diploma entra em vigor no 1.º dia do mês seguinte ao da sua publicação.
Visto e aprovado em Conselho de Ministros de 29 de janeiro de 2015. - Pedro Passos Coelho - Rui Manuel Parente Chancerelle de Machete - Anabela Maria Pinto de Miranda Rodrigues - Paula Maria von Hafe Teixeira da Cruz - Nuno Paulo de Sousa Arrobas Crato - Luís Pedro Russo da Mota Soares.
Promulgado em 24 de fevereiro de 2015.
Publique-se.
O Presidente da República, Aníbal Cavaco Silva.
Referendado em 26 de fevereiro de 2015.
O Primeiro-Ministro, Pedro Passos Coelho.
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Como confirmar ascendencia Sefardita
LeoCouto,
Tem de aprender a usar os parágrafos, os pontos e as vírgulas. Da forma como você escreve, a leitura das suas mensagens torna-se penosa e incompreensível.
Você CONFUNDE RELIGIÃO judaica com ETNIA semita (ou lá o que você queira chamar-lhe).
Em Portugal, quando em 1497 os praticantes da religião judaica foram AMEAÇADOS com a expulsão se não passassem a praticar a religião católica-apostólica-romana, a questão não era "étnica". A questão era puramente "RELIGIOSA", porque os futuros ex-judeus, os cristãos-novos, eram etnicamente IDÊNTICOS aos cristãos-velhos.
Portanto, o "anti-semitismo" (que tanto pode ser dirigido aos povos de Israel como aos seus vizinhos), não se punha em Portugal no séc XV. Nem se devia colocar, hoje, relativamente aos descendentes dos praticantes de judaísmo do séc XV!
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Como confirmar ascendencia Sefardita
boa noite
sabe que os "Judeus" são um grupo ETNO-RELIGIOSO ?
Não é só Religião
Acho que o sei "Ou sei lá" é um pouco Depreciativo
os meus cumprimentos
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Minha cara mariafaia
Lamento informar que a minha cara, além da "agressividade" nas suas respostas, contém imprecisões!
O Sefardita não é o judeu que foi expulso, lamento mas está Errado!
O Sefardita é uma etnia de judeus que viveu em Sefarad, (Espanha e Portugal) ou ainda possa viver!
Foi aquele judeu que viveu nesta nossa península desde os tempos ancestrais, desde que vieram no primeiro Exodo e foram expulsos pelos Romanos com a destruição do segundo templo, e a sua perseguição!
Judeus existiam aos milhares em Sefarad. E viviam em harmonia quando estavam cá os " Mouros"
Sendo expulsos em 1492 pelos reis Católicos espanhóis, fugiram para Portugal, chegando a ser quase 20% da População Portuguesa por volta de 1500
Segundo vários Historiadores e investigadores, em Portugal por volta de 1500 a população total era de 1 milhão pessoas, dos quais 30 a 50 mil judeus!
Mas depois de 1492 fugiram de Espanha para Portugal cerca de 120 mil a 150 mil Judeus
(que mais tarde com D. Manuel também tiveram que fugir de portugal)
Resumindo; Judeu Safardita é aquele Judeu que viveu em Sefarad e que pode ou não ter fugido desta Península na altura inicial da inquisição! Recordo que pode ser Crypto judeu, Marrano, e...Cristão novo!
O Cristão novo, como saberá, converteu-se à força (em alguns casos não) para não morrer e não ter que fugir daqui!
Já agora tambem recordo que o ultimo caso da inquisição deu-se depois de 1800
Já agora, existem varias etnias de Judeus;
Sefarditas, Asquenazi, Mizrahi, Bene, Beta, etc
Os meus Cumprimentos
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Como confirmar ascendencia Sefardita
Caro Jorge Azevedo,
Tendo em conta o proselitismo judaico (que concorria com o cristão) desde o tempo dos visigodos, NÃO EXISTIA na Península Ibérica quase nenhum praticante de Judaísmo descendente de judeu vindo de Israel.
O Judaísmo chegou à Península, tal como o Cristianismo (anos mais tarde) trazido pelos romanos, e não por um qualquer êxodo de israelitas - de que não existe qualquer prova coeva.
Portanto, antes de 1500, ser judeu em Portugal não queria dizer "fazer parte de um grupo étnico-religioso" mas sim, e apenas, de um grupo RELIGIOSO
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